Recomendaciones para la conservación de sus grandes vinos

En un lugar seguro…

Para que otros no vayan a tomarlos brindando a su salud antes de que Usted tuviera la oportunidad de hacerlo.

En la obscuridad

La larga exposición del vino a la luz puede cambiar su sabor y su color de manera definitiva.

Temperatura constante

En algún punto entre 13 y 15°C. Una temperatura inferior a 10°C hace que la maduración, de por si lenta, de los vinos sea más lenta. Una temperatura superior a 16°C acelera su maduración, pero no forzosamente refina su carácter. Una temperatura superior a 18°C afectará la calidad del vino.

Las variaciones importantes de temperatura en lapsos de tiempos cortos (como, por ejemplo, entre día y noche) perjudican la evolución del vino de manera mas relevante que las variaciones lentas, eventualmente de mayor amplitud, que puede haber entre verano e invierno.

Humedad controlada

Relativamente constante (idealmente entre 70 y 75%). Una humedad relativa inferior a 50% resecará los corchos perdiendo así su volumen y acelerando el proceso de oxidación del vino de manera adversa con riesgo de echar a perder el vino después de unos pocos años. Una humedad relativa superior a 80% afectara principalmente a las etiquetas y eventualmente a la integridad de los corchos con el moho que podría aparecer en su superficie exterior.

Lugar ventilado

En un lugar sin malos olores, de preferencia con circulación de aire filtrado. A pesar de estar el vino en botellas cerradas, con el paso del tiempo, los corchos tienden a absorber los olores de su lugar de guardado y a transmitirlos al vino.

Lugar tranquilo

En un lugar muy quieto ya que, las vibraciones aceleran el envejecimiento del vino e impiden la correcta sedimentación de los taninos.

Botellas acostadas

Con esta posición el vino estará en contacto con el corcho y éste último no se resecará.